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La ansiedad es un problema tanto físico, como energético

Actualizado: 20 jul 2021

La ansiedad: ¿un problema físico o un problema energético?


Ansiedad y alimentación

Hoy en día millones de personas sufren de ansiedad en menor o mayor grado.

¿Es la ansiedad un problema físico o un problema energético?


Las dos cosas. Definitivamente.


Ya hemos dicho que en este sitio web hablamos sobre temas de salud, pero no se puede hablar de salud física sin hablar de las emociones y, tampoco se puede dejar por fuera a nuestro campo energético.


La ansiedad es un problema tanto físico, como energético

Y claro que las emociones también están ligadas en todo este asunto de la ansiedad, de hecho, una persona suele asistir primero al psicólogo cuando reconoce que tiene problemas de ansiedad.


Mucho se ha escrito acerca de este tema y pocos han comenzado por una verdad irrefutable: la adicción al azúcar es el primer factor para padecer de ansiedad.


Luego solemos decir que una persona ansiosa tiene problemas emocionales y sí, claro que se afectan las emociones cuando un estado de ansiedad se apodera de un ser humano, es lógico.


Ahora demos una mirada a un hecho abominable: si el azúcar es adictiva y las fórmulas lácteas para bebés recién nacidos contienen azúcar añadida... ¡Sí! Al “alimentar” a un bebé con fórmulas lácteas, ya lo estamos haciendo adicto al azúcar.


Ansiedad en los niños

Pronto ese bebé tendrá síntomas de ansiedad. Más tarde o más temprano -aunque no lo note al principio- ese ser humano a la edad que sea, presentará estados de ansiedad.


Recordemos que en artículos anteriores hablamos sobre la candidiasis y aclaramos que el azúcar –la glucosa- es el manjar de las cándidas. También dijimos que una proliferación excesiva de Cándidas Albicans, invariablemente nos hará sentir uno o más síntomas de los treinta y dos que hasta ahora se conocen relacionados con la candidiasis, entre ellos la ansiedad.

No siempre es así, pero casi siempre lo es: los estados ansiolíticos se generan en el cuerpo físico y después es que se reflejan en las emociones, aunque hasta ahora nos han dicho que la ansiedad es producto del estrés, pero... ¿y si no tenemos la capacidad física para controlar el estrés que –supuestamente- se genera en nuestro entorno y no en nosotros mismos?


Nuestro campo energético se altera cuando sufrimos de ansiedad y también a la inversa: al no tener un campo energético suficientemente equilibrado, seremos susceptibles a padecer de estados de ansiedad.


¿Por dónde empezar?

La lógica nos dice que para resolver el complejo esquema arriba mencionado, debemos primero dejar de ser adictos al azúcar, que –como ya dijimos en artículos anteriores y lo repetimos en un párrafo superior- es lo que alimenta a la Cándida Albicans.

Adicción al azúcar

Para romper con dicha adicción debemos hacer una dieta de tan sólo cuarenta y ocho horas.


Esta dieta consiste en consumir nada más que proteína animal y agua.


Luego de esto ya nuestro cuerpo estará sanado de la adicción al azúcar y a las harinas refinadas que, al fin y al cabo, también se convierten en glucosa una vez que están dentro de nuestro cuerpo.


Después de esta dieta y una correcta depuración que consiste en eliminar el exceso de Cándidas Albicans de nuestro cuerpo, notaremos que los estados de ansiedad comenzarán a disminuir.


Decidirse a hacer la dieta y la depuración no es tan fácil y se necesita cierta apertura de consciencia que nos haga comprender que cuando decidimos amarnos, ese amor debe ir más allá de la mera prédica y que debemos comenzar por reconocer que nuestro cuerpo merece ser respetado para poder decir que nos amamos.



¿Acaso nuestro cuerpo no pertenece a nosotros?

Empezamos entonces por aperturar nuestra consciencia y así decidir amarnos. Tomamos la decisión de comenzar a cuidarnos y lo hacemos depurando nuestro cuerpo físico.


Nos sentiremos con más energía y con más oxigenación que nos permite deshacernos, en gran parte, de ese desagradable estado de ansiedad.


El próximo paso para resolver el problema de la ansiedad, que abarca tanto lo físico, como lo energético

El próximo paso es continuar con una dieta estilo mediterráneo, en donde predominan las hortalizas y las proteínas saludables.


Un adecuado consumo de agua, una respiración consciente y un poco de ejercicio, complementarán ese estilo de dieta saludable.


Prefiramos siempre los arroces, los panes y las pastas integrales.


buena alimentación

También consideremos convertir el arroz blanco, la yuca, la papa y el camote (batata) en prebióticos. Esto se logra dejando que se enfríen por al menos doce horas una vez cocinados. Luego se calientan tan sólo un poco y se consumen así, “amanecidos” del día anterior.


Con una dieta estilo mediterráneo notaremos ese cambio en nuestro cuerpo, que se volverá más “liviano” y más energizado. Los síntomas de ansiedad habrán disminuido muchísimo o tal vez desaparezcan por completo.


Sentiremos más equilibrio en nuestras emociones y además nuestra frecuencia vibratoria ascenderá.



Todo está relacionado

Todo está relacionado y ya lo vimos a grosso modo en este artículo, pero a la vez con suficiente información como para comprender que –tal como está estructurado este web site- la salud se divide en tres aspectos: físico, emocional y energético.


La biodescodificación es tan interesante justamente porque, cuando analizamos la relación entre una enfermedad o una dolencia con un conflicto emocional, descubrimos que sí, el conflicto está allí esperando a ser resuelto y, en la mayoría de los casos, una vez resuelto el conflicto lo que estaba enfermo se cura, como “por arte de magia”.

¿Cómo separar nuestro cuerpo físico de nuestro campo energético o de nuestras emociones? ¿Acaso no somos uno sólo? Lo somos. Y cuando sanamos desde las emociones y mantenemos elevada nuestra frecuencia vibratoria, solemos sanar el cuerpo sin necesidad de costosos y tortuosos tratamientos farmacológicos.


Recuerda: al aperturar nuestra consciencia comenzamos a reconocer que en el buen cuidado de nuestro cuerpo, radica el verdadero amor que nos tenemos, ya que no se trata nada más de profesar cuánto nos amamos y exigir respeto cuando nosotros mismos no somos capaces de respetarnos.


El respeto comienza por nosotros. Lo demás vendrá a razón de la Ley de Acción y Reacción, o lo que es lo mismo: por causa y efecto.


Parece mentira... ¡pero es verdad!


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